Cómo prepararnos para la Sagrada Comunión (XIII)

Posted by: Nycticorax

Sagrario 01 (01)

Tercero: Devoción actual: (continuación)
Debemos acercarnos:
b) Con amor y confianza: (Continuación) Y, finalmente, tanto deseó la salud y remedio de éstos, que por verlos remediados no paró hasta ponerse en una cruz entre dos ladrones y derramar toda cuanta sangre tenía por ellos.
Y no contento con esto, porque, acabado el curso de esta vida mortal, no faltase otro tal recibidor como Él, dejó ordenado este divino sacramento en que se queda Él mismo, para que todo este linaje de hombres necesitados de remedio tuviesen siempre la misma puerta y la misma botica abierta para su remedio.
De manera que la misma causa que le obligó a morir, esa le hizo instituir este sacramento. Porque así como amor fue el que le trajo del cielo a la tierra y le hizo poner en manos de pecadores, así el amor es el que ahora le hace por esta vía venir otra vez al mundo y el que le pone en las mismas manos.

En lo cual parece que de su parte no fue otra causa de esta tan grande obra sino su inmensa caridad, y de la nuestra, no otra más que nuestra gran necesidad; de la suya, sola misericordia, y de la nuestra, sola miseria. De donde nace que este divino sacramento es como un remedio de justos y pecadores; porque no solamente es manjar de sanos, sino también medicina de enfermos; no sólo es vida de vivos, sino también resurrección de muertos; porque, como dice San Agustín,
este pan no sólo sustenta a los que halla vivos, sino también a veces resucita a los que halla muertos.
Pues ¿por qué título me podrá nadie defender la participación de este misterio? Este es un hospital real instituido por la divina misericordia y dotado por la sangre de Cristo para remedio universal de todos los enfermos y necesitados. Pues ¿por qué por ser enfermo me tendré yo por excluido de Él? Antes, por el mismo caso que estoy enfermo, si deseo sanar, tengo más obligación de llegarme a Él. Porque si estoy enfermo aquí me curarán; si estoy flaco, aquí me esforzarán; si ciego, aquí me alumbrarán; si pobre, aquí me enriquecerán; si hambriento, aquí me hartarán, y si desnudo, aquí me vestirán y cubrirán mi desnudez.

Esto es lo que no acaban o no quieren entender los que con semejantes excusas se apartan y apartan a otros del uso de este sacramento, no mirando que este divino misterio fue instituido no sólo para manjar de sanos, sino también para medicina de enfermos; no sólo para regalo y fortaleza de justos, sino también para remedio y esfuerzo de penitentes.

Fuente: Fray Luis de Granada O.P., Obra Selecta