Cómo prepararnos para la Sagrada Comunión (XV)

Posted by: Nycticorax

Congreso Eucarístico del 34 02 (02)
Congreso Eucarístico Internacional, Buenos Aires, 1934

Tercero: Devoción actual:
Debemos acercarnos:
b) Con amor y confianza: (Continuación) Si un rey hubiese hecho un famoso hospital y lo hubiera proveído muy abundantemente de todas las cosas necesarias para la cura de los enfermos, si después de acabada la obra con mucho gasto y diligencia suya no hubiese enfermos que se quisiesen curar en él, ¿no tendría esto por mala dicha viendo que eran en vano todos sus esfuerzos y trabajos?
Pues no menos se ofende aquel Rey del cielo si, después de habernos aparejado con su misma sangre un tan grande y tan costoso remedio como éste, no queremos aprovecharnos de él, pues por el mismo caso, cuanto es de nuestra parte hacemos infructuosos todos sus intentos y trabajos. Y ésta es aquella manera de ofensa que el mismo Señor significó en la parábola de la cena cuando, aparejado ya todo lo necesario para el convite, envió a llamar los convidados y ellos no quisieron venir. Contra los cuales fulminó Él aquella tan terrible sentencia de excomunión, diciendo:
Os dígo de verdad que ninguno de aquellos hombres que fueron llamados gustará jamás de esta cena.
Pues siendo esto así, ¿qué razón tendrás tú para excusarte de este convite? Si dices que eres pecador, ya no es pecador el que desea ser justo y le pesa por haber sido pecador; porque, como dice San Jerónimo, los pecados pasados no te dañan si no te agradan. Si dices que estas caído y derribado, ya no se puede llamar caído al que le pesa porque cayó y extiende la mano para que lo levanten.
Si dices que eres indigno de llegarte a tan alto misterio, muy equivocado estás si piensas que hay en el mundo quien sea perfectamente digno de llegarse a él; porque por eso se quiso el Señor comunicar a los pequeñuelos, porque por ahí se declarase más la gloria de su bondad, que quiso comunicarse a los tales. Así que, todo esto bien considerado, claramente verás que no solamente no ofendes al Señor en llegarte a él, sino antes le ofenderías mucho más en no querer aprovecharte del remedio que él instituyó para los tales como tú.

Fuente: Fray Luis de Granada O.P., Obra Selecta