Debemos abocarnos al servicio divino

Posted by: Nycticorax

Dios Padre 02 (04)

No sólo estamos obligados a la virtud y obediencia de los mandamientos divinos por lo que Dios es en sí, sino también por lo que es para nosotros: que es por razón de sus innumerables beneficios, de los cuales trataremos aquí para que, por ellos, veamos las grandes obligaciones que tenemos al servicio del Dador.

Entre estos beneficios el primero es el de la creación, del cual solamente diré que, por este beneficio, está el hombre obligado a emplearse todo entero en el servicio del Señor que lo creó. Porque según toda justicia es el hombre deudor de todo lo que ha recibido. Y pues por este beneficio recibió el ser que tiene -que es el cuerpo con todos sus sentidos y el alma con todas sus potencias- síguese que todo esto está obligado a emplear debidamente en el servicio del Hacedor, so pena de ser ladrón y desagradecido con quien tanto bien le hizo. Porque si un hombre hace una casa ¿a quién ha de servir esta casa sino al dueño que la hizo? Y si planta una viña ¿para quién ha de ser el fruto de ella sino para el que la plantó? Y si un padre tiene un hijo ¿al servicio de quién está más obligado que al del padre que lo engendró?
Y si, como dice Séneca, los que recibieron beneficios están obligados a imitar a las tierras fértiles, las cuales dan mucho más de lo que recibieron, ¿cómo responderemos a Dios con este modo de agradecimiento, pues no le podemos dar más de lo que de Él recibimos, por mucho que le demos? Y si no guarda esta ley el que no da más de lo que recibió ¿qué diremos del que aun no da lo que recibió?
Y si, como dice Aristóteles, a los padres no se puede pagar enteramente la deuda que se les debe ¿qué se podrá pagar a Dios que tanto más nos ha dado que todos los padres del mundo? Y si tan grande mal es ser un hijo rebelde y desobediente a su padre ¿qué será serlo a Dios, que por tantos títulos es Padre?

Por ello, con mucha razón se queja Él de los tales, por boca de un profeta, diciendo:
Si Yo soy vuestro Padre ¿dónde está la honra que me debéis? Y si soy vuestro Señor ¿qué es del temor que me debéis? (Mal. 1)
Y contra estos mismos se indigna otro profeta con palabras más encendidas, diciendo:
Generación mala y adúltera, pueblo loco y necio ¿ésta es la paga que das a tu Señor por tantos beneficios? ¿No es Él tu Padre, que te hizo y te creó? (Deut. 33)
Éstos son los que ni levantan los ojos al cielo ni los vuelven a sí mismos acordándose de sí. Porque si esto hiciesen procurarían saber su primer origen y principio: qué son, quién los hizo y para qué los hizo, y por aquí entenderían lo que deben hacer. Más porque esto no hacen, viven como si ellos mismos se hubieran hecho.

Fuente: Cfr. Fray Luis de Granada, Guía de pecadores