Explicación abreviada del Padrenuestro

Posted by: Ioseph

Santo Tomás de Aquino 03 (03)

Para explicarla brevemente, se debe saber que en la oración dominical se contienen todas las cosas que se han de desear y todas las cosas de las que hemos de huir.
Ahora bien, entre todas las cosas deseables, lo que más se desea es lo que más se ama, y esto es Dios, y por eso primeramente pides la gloria de Dios cuando dices:
“Santificado sea tu nombre”.

Y de Dios son de esperar tres cosas para ti mismo.
La
primera es que alcances la vida eterna; y esto lo pides cuando dices: “Venga a nosotros tu reino”. La segunda es que cumplas la voluntad de Dios y su justicia; y esto lo pides cuando dices: “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”. La tercera es que tengas las cosas necesarias para la vida; y esto lo pides cuando dices: “Danos hoy nuestro pan de cada día”. Y de estas tres cosas habla el Señor en Mateo 6, 33: “Buscad primero el reino de Dios”, en cuanto a lo primero; “y su justicia”, en cuanto a lo segundo; “y todo lo demás se os dará por añadidura”, en cuanto a lo tercero.

Ahora bien, las cosas que se han de evitar y de las que se debe huir son las contrarias al bien. Y el bien es lo que primeramente se ha de desear, y es cuádruple.
Y
primeramente es la gloria de Dios, y a ésta ningún mal le es contrario. Job 35, 6: “Si pecas, ¿en qué lo dañarás?... si obrares bien ¿qué es lo que le das?”. En efecto, la gloria de Dios resulta tanto del mal, en cuanto castigo, como del bien, en cuanto remunera.
El
segundo bien es la vida eterna. Y a ella se opone el pecado porque ella se pierde por el pecado; y por eso, para rechazarlo decimos: “Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”.
El
tercer bien es la justicia y las buenas obras y a éste se oponen las tentaciones, porque las tentaciones nos impiden cumplir el bien; y para apartarlas pedimos: “Y no nos dejes caer en tentación”.
El
cuarto bien son las cosas que nos son necesarias; y a éste se oponen las adversidades y las tribulaciones; y para apartarlas pedimos: “Mas líbranos del mal”. “Amén”.

Fuente: Santo Tomás de Aquino, El Padrenuestro comentado