La Iglesia no es tolerante en doctrina

Posted by: Nycticorax

San Pedro 03 (10)

La Iglesia es intolerante en materia de doctrina, y debe serlo, porque la verdad es una, o no es verdad; la verdad no puede admitir transacción con el error, como no puede admitirse la luz con las tinieblas.
Pero si la Iglesia es intolerante con el error y el vicio, está llena de indulgencia para con las personas.

La Iglesia jamás ha admitido, ni puede admitir, la tolerancia de las doctrinas.

A- La intolerancia es un deber para ella. Depositaria de la enseñanza divina, debe guardarla intangible y protegerla contra los que la alteran o la niegan, bajo pena de traicionar la misión que Jesucristo le ha confiado. La Iglesia no puede sacrificar la verdad, de que es responsable ante Dios. Por lo mismo que la Iglesia no tolera nada de lo que es contrario a la fe y a las buenas costumbres, demuestra que guarda fielmente el depósito divino: el dogma y la moral.

B- Su intolerancia es un beneficio para el mundo. Si ella hubiera tolerado las aberraciones del paganismo, estaríamos todavía prosternados ante ídolos inmundos. Si hubiera tolerado las herejías, la verdad sobrenatural, de mucho tiempo atrás, habría desaparecido de la tierra. Si hubiera tolerado el filosofismo del siglo XVIII, las mismas verdades naturales habrían cedido su lugar a los errores más monstruosos. Si en nuestros días tolerara los abusos de la mala prensa, del lujo, de las ruletas, del trabajo dominical, fuentes todas de desmoralización, el mundo volvería a caer rápidamente en su antigua corrupción.

C- La intolerancia es una ley general que se encuentra siempre y en todas partes: intolerante es el poder civil, cuando reduce a prisión a los ladrones. Intolerante el médico, cuando sin piedad amputa un miembro gangrenado. Intolerante el pastor, cuando sacrifica una oveja enferma para que no contagie a las demás, etc.

¿Cuál es el motivo de esta intolerancia? Toda sociedad, si quiere vivir, debe ser intolerante en la aplicación de sus estatutos, que son su razón de ser. Debe arrojar lejos de sí todo miembro insubordinado o corrompido. Por la misma razón, la Iglesia tiene el derecho de excluir o excomulgar a cualquiera que se niegue a someterse a sus preceptos.

Intolerante en sus principios, la Iglesia fue siempre muy tolerante con las personas. Siempre ha dicho a sus discípulos:
Sed víctimas; pero nunca: sed verdugos. La dulzura de la oveja, la sencillez de la paloma, la prudencia de la serpiente, he ahí las armas de los apóstoles.
La Iglesia ha usado de su autoridad para reprimir el error; ha acudido a la caridad para traer al buen camino a los que se habían salido de él; no ha invocado el apoyo del brazo secular y llamado la fuerza al servicio de la verdad, sino cuando se ha tenido que defender contra herejes furiosos que la atacaban con las armas, turbaban la paz pública y ponían en peligro lo mismo a la sociedad civil que a la religiosa.

Fuente: P. A. Hillaire, La Religión Demostrada