La práctica de la humildad (I)

Posted by: Ioseph

Jesús 03 (03)
Jesús ante Herodes

No creas que vas a adquirir la humildad sin las prácticas que le son propias, como son los actos de mansedumbre, de paciencia, de obediencia, de mortificación, de menosprecio a ti mismo, de renuncia a tu propio juicio, a tus opiniones, de arrepentimiento de tus pecados, y de tantos otros; porque éstas son las armas que destruirán en ti mismo el reino del amor propio, ese terreno abominable donde germinan todos los vicios y donde se alinean y crecen a placer tu orgullo y presunción.

Mientras te sea posible, mantente en silencio y recogimiento, mas que esto no sea con perjuicio del prójimo; y cuando tengas que hablar hazlo con contención, con modestia y con sencillez. Y si sucediera que no te escuchan, por desprecio o por otra causa, no des muestras de disgusto; acepta esta humillación y súfrela con resignación y con ánimo tranquilo.

Evita con todo cuidado las palabras altaneras, orgullosas o que indiquen pretensiones de superioridad; evita también las frases estudiadas y las palabras irónicas; calla todo lo que pueda darte fama de persona graciosa y digna de estimación. En una palabra, no hables nunca sin justo motivo de ti mismo y evita todo aquello que pueda cosecharte honras y alabanzas.

En las conversaciones no te mofes ni zahieras a los demás con palabras y sarcasmos; huye de todo lo que huela a espíritu del mundo. De las cosas espirituales no hables como un maestro que da lecciones, a no ser que tu cargo o la caridad te lo impongan; conténtate con preguntar a persona instruida que pueda aconsejarte; porque el querer dárselas de maestro sin necesidad es echar leña al fuego de nuestra alma, que se consume ya en humo de soberbia.

Reprime con todas tus fuerzas la curiosidad vana e inútil; por eso, no te afanes demasiado por ver esas cosas que los mundanos tienen por bellas, raras y extraordinarias; esfuérzate, en cambio, por saber cuál es tu deber y lo que puede aprovecharte para tu salvación.

Fuente: Gioacchino Pecci (Luego León XIII), La práctica de la humildad