Novena al Beato Carlos de Austria: Día Tercero

Posted by: Juan Sobiesky

Carlos I de Austria 09 en el exilio en Suiza
En el exilio en Suiza

Día Tercero
Rezar la Oración para todos los días.
Una vida de sacrificio
“No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.”
En el momento en que el Emperador fue exiliado a la isla de Madeira su vida ya consistía en hacer sacrificios por los demás.
Había perdido su tierra natal, su imperio y su trono. Su propia gente había confiscado su dinero y posesiones. Sin dinero, sin amigos, sin poder ganarse la vida y con una esposa, siete hijos y uno en camino para mantener. Él estuvo forzado a vivir bajo control extranjero, en una isla lejana, en una casa desagradablemente húmeda que no era habitable. Sin embargo, a pesar de todas estas pruebas, él estaba dispuesto heroicamente a hacer sacrificios por otros.

Finalmente, el único sacrificio que le quedaba al Emperador Carlos por ofrecer era su propia vida. A través de sus oraciones se convenció de que Dios quería que hiciese el último sacrificio de su vida por la salvación de su pueblo.

Durante su vida y en las tribulaciones el Emperador recibía la comunión diaria siempre que le era posible. Aún al final de su vida continuó con esta costumbre y en unión con la hostia en la patena, que se convierte en el Santo Sacrificio del Divino Cordero de Dios, él se ofreció completamente a la Voluntad del Padre por la salvación de su pueblo.

La iglesia favorita del Emperador en Madeira era Nossa Senhora do Monte, que podía verse desde cierta distancia. Una vez, hablaba con su esposa mientras tenían a la vista esta iglesia. El declaró que Dios le exigía que diera su vida por el bien de su pueblo. La atónita Emperatriz quedó sin habla y con resolución en sus ojos el Emperador miró a la Iglesia y dijo: “¡Yo lo haré!”

Poco después Dios aceptó el voto del Emperador, enfermó repentinamente y tuvo una muerte temprana. Las palabras proféticas del Papa San Pío X al conocer a Carlos cuando era sólo un joven archiduque, se cumplieron: “Yo te bendigo Archiduque Carlos que serás el futuro Emperador de Austria y ayudarás a guiar sus países y pueblos hacia gran honor y muchas bendiciones, pero esto no se hará obvio hasta después de su muerte.”

Oración
Mi Dios y Señor, te agradezco por el sacrificio que el Emperador Carlos hizo de su vida. Ayúdame a seguir su ejemplo desinteresado y a no rechazar ningún sacrificio que Tú requieras de mí. Escucha mi petición y concédela (mencione su intención aquí) por medio de la intercesión del Beato Emperador Carlos de Austria. Amén.
(Ave María. Padre Nuestro. Gloria.)
Rezar la Oración Conclusiva para cada día.