Un Monje Benedictino

Con María siempre y en todo hay esperanza (III)

Por Un Monje Benedictino

Virgen de Luján 01 (04)

Tanto en el Génesis como en el Apocalipsis, Dios da como esperanza de salvación a una Mujer cuyo Hijo vencerá todos estos males: en el Génesis es una Mujer prometida; en el Apocalipsis, es la llegada de esa Mujer que cumple la promesa. En el primero la promesa en esperanza, en el segundo, la promesa cumplida.

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Con María siempre y en todo hay esperanza (II)

Por Un Monje Benedictino

Virgen de Luján 01 (04)

En las Sagradas Escrituras hay dos momentos extremos, dos situaciones límites de la humanidad, después de los cuales todo parece estar perdido para siempre; un cataclismo definitivo, la destrucción de todo lo creado donde reinan y dominan la angustia, la desolación, las lágrimas, sombras de muerte, todo cae en el abismo.

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Con María siempre y en todo hay esperanza (I)

Por Un Monje Benedictino

Virgen de Luján 01 (04)

Hoy celebramos la Solemnidad de Ntra. Sra. de Luján, Patrona de la Argentina, que es la Inmaculada Concepción. Y no es casual que Ntra. Sra. de Guadalupe, Patrona de América, sea también la misma Inmaculada Concepción. Ambos signos son el mismo y único Signo fundamental de la Mujer que describe San Juan en el Apocalipsis, en quien la Iglesia, y la tradición expresada en la liturgia, contemplan el misterio de la Inmaculada con todo su fulgor.

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El discernimiento de los espíritus (III)

Por Un Monje Benedictino

San Antonio Abad 01 (01)
San Antonio Abad, maestro de la discreción de espíritus

Espíritu del mundo: cuando la Biblia habla del mundo como enemigo del alma, no se refiere a todas las creaturas del mundo en cuanto creadas por Dios porque, como tales, son buenas y bellas y un reflejo de la bondad de Dios y de su presencia, sino a todo lo de este mundo marcado por el pecado, en el modo de pensar y de vivir donde nunca está Dios, la fe, lo sobrenatural, la gracia, la Cruz, la renuncia, y menos la perspectiva de la vida eterna y la fe en que, después de muertos, según hayamos obrado iremos al cielo, al purgatorio o al infierno. Consiste en un mero naturalismo sin nada de sobrenatural.

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El discernimiento de los espíritus (II)

Por Un Monje Benedictino

San Bernardo de Claraval 02 (02)
Aparición de la Virgen a San Bernardo

San Bernardo, en un célebre sermón, y siguiendo toda una tradición precedente, distingue seis espíritus (1): el Espíritu de Dios; el espíritu angélico; el espíritu diabólico; el espíritu de la carne (2); el espíritu del mundo; y el espíritu humano. Más tarde, Santo Tomás especificará que son tres los espíritus malos que tientan al hombre: demonio, mundo y carne. Doctrina que asumirá más tarde el Catecismo de la Doctrina Cristiana nº 93 para afirmar que: Los enemigos del alma son tres: LA CARNE, EL DEMONIO Y EL MUNDO.

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El discernimiento de los espíritus (I)

Por Un Monje Benedictino

San Ignacio de Loyola 01 (01)
San Ignacio de Loyola

En las lecturas de este domingo, Isaías, S. Pablo y S. Pedro escuchan la Voz de Dios, y a la vez otra voces contrarias a las demandas de la Voz divina. En la primer lectura (Is 6, 1-2a. 3-8), Isaías escucha la voz de su propia carne, que lo llena de terror cuando experimenta la majestad de Dios en los cielos: Yo dije: «¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros. Pero, inmediatamente un serafín toma una brasa del altar, y con ella: Él le hizo tocar mi boca, y dijo: «Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado». Yo oí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?» Yo respondí: «¡Aquí estoy: envíame!».

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Los paganos adoran a Dios ¿Y nosotros? (II)

Por Un Monje Benedictino

Adoración de los Magos 03 (05)

Hoy en día, en Occidente tenemos una cultura y sociedad que no está humildemente de rodillas ante Cristo, sino de pie de modo altivo y soberbio, con la cabeza bien alta. No tenemos tiempo para arrodillarnos durante el día para orar, y tenemos tiempo para pasar horas navegando en Internet, para hablar por teléfono, para hacer deporte o dedicarnos a nuestro hobby. No tenemos tiempo para arrodillarnos ante el Salvador, y sí tenemos tiempo para nuestras mascotas.

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Los paganos adoran a Dios ¿Y nosotros? (I)

Por Un Monje Benedictino

Adoración de los Magos 02 (04)
Adoración de los Magos

En la festividad de la Epifanía la Iglesia alaba al Señor porque, al revelar al Salvador a los tres magos paganos, manifestó que la salvación se dirige a todos los pueblos, y lo expresa así en la liturgia: iluminaste a todos los pueblos revelándoles el misterio de nuestra salvación en Cristo (Prefacio).

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