Fin del hombre

Posted by: Ioseph

Cielo

La calle de la Vida y de la Muerte: es el nombre de una calle de Ávila, en Castilla la Vieja. Es una antiquísima calle que nace en una de las puertas de la ciudad y va a morir al pie de la Iglesia Mayor.
Calle de la vida y de la muerte: eso mismo es nuestra vida.
Si equivocamos el camino, marchamos por un vacío inmenso, sin aire, sin luz, sin paz.
Estudios, profesión, trabajos, propiedades, alegrías, penas, todos los acontecimientos de una vida se suceden atropelladamente, desconcertantes, sin sentido.
Sólo Uno puede poner orden y sosiego en el desorden y en la profunda inquietud en los que marchas envuelto, llevando el peso de tus horas y tus días: Cristo Jesús.
"Todas las cosas son vuestras... ya sea el mundo, ya la vida, ya la muerte, ya las cosas presentes, ya las venideras; todo es vuestro; mas vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios": te lo confía San Pablo (
1 Cor 3, 22), el fogoso Pablo de Tarso que, sólo en Jesús, encontró la razón de su vida.
El que halla a Cristo realiza un descubrimiento más sensacional que Arquímedes. Este matemático griego descubrió la ley física del peso específico de los cuerpos.
El que descubre a Cristo da con la solución del gran problema: se explica para qué estamos viviendo esta vida.
¡Eureka! He hallado: gritó alborozado el sabio, por las calles de Siracusa. Pero, con alegría infinitamente superior, pudieron exclamar una tarde feliz unos hombres de Galilea: Eurékamen ton Messían: Hemos hallado al Mesías. ¡Hemos descubierto a Cristo!
Desde esa fecha cambió totalmente la vida de los hermanos pescadores, Andrés y Simón, y Juan y Santiago.
Siguieron a Cristo por tres años y fueron, ante la historia, testigos de su vida, pasión, muerte, resurrección gloriosa y ascensión a los cielos.
Al encontrar a Cristo y seguirlo, la existencia cobra significado: se empieza a vivir de lleno la propia vida.
Esta es una historia que se repite en todos los tiempos: encontrar a Jesús; experimentar que Jesús nos ama; permanecerle fiel, decididamente, firmemente, tenazmente: en esto consiste toda la vida cristiana.

 Fuente: Szanto, Ernesto, Campeón invicto de santidad juvenil

Que María Santísima, Estrella luciente de la mañana, nos guíe hacia la Luz Eterna, Jesucristo nuestro Señor.