La Acedia (V)
Efectos de la Acedia
Al atacar la vitalidad de las relaciones con Dios, la acedia conlleva consecuencias desastrosas para toda la vida moral y espiritual.
Disipa el tesoro de todas las virtudes.
La acedia se opone directamente a la caridad, pero también a la esperanza, a la fortaleza, a la sabiduría y sobre todo a la religión, a la devoción, al fervor, al amor de Dios y a su gozo.
Sus consecuencias se ilustran claramente por sus efectos o, para usar la denominación de la teología medieval, por sus hijas: la disipación, o sea un vagabundeo ilícito del espíritu, la pusilanimidad, el torpor, el rencor, la malicia, o sea el odio a los bienes espirituales, y la desesperación.
Esta corrupción de la piedad teologal da lugar a la corrupción de todas las formas de la piedad moral.
También origina males en la vida social y la convivencia, como es la detracción de los buenos, la murmuración, la descalificación por medio de burlas, críticas y hasta de calumnias.
Fuente: Cfr. Horacio Bojorge, S. J., En mi sed me dieron vinagre, ptos. 1.5.
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