Cuán falsa y engañosa es la felicidad de este mundo (VIII)

Posted by: Nycticorax

Falsedad 01 (01)

f) La felicidad de este mundo parece lo que no es y promete lo que no da: Estos y muchos otros son los tributos y contrapesos con que esta miserable felicidad del mundo está acompañada, para que veas cuánto más hiel que miel y cuánto más acíbar que azúcar trae consigo. Dejo aquí de contar otros muchos males que tiene. Porque además de ser esta felicidad y suavidad tan breve y tan miserable, es también sucia, porque hace a los hombres carnales y sucios; es bestial, porque los hace bestiales; es loca, porque los hace locos y los saca muchas veces de juicio; es inestable, porque nunca permanece en un mismo ser; es, finalmente, infiel y desleal, porque al mejor tiempo nos falta y deja en el aire.

Mas un solo mal no dejaré de contar, que por ventura es el peor de todos, que es ser falsa y engañosa, porque parece lo que no es y promete lo que no da, y con esto trae en pos de sí perdida la mayor parte de la gente. Porque así como hay oro verdadero y oro falso, y piedras preciosas verdaderas, y falsas que parecen preciosas y no lo son, así también hay bienes verdaderos y falsos, felicidad verdadera y falsa, que parece felicidad y no lo es, y tal es la de este mundo, y por esto nos engaña con esta muestra disfrazada. Porque, así como dice Aristóteles que muchas veces acaece haber algunas mentiras que, con ser mentiras, tienen más apariencia de verdad que las mismas verdades, así realmente, lo que es mucho para notar, hay algunos males que, con ser verdaderos males, tienen más apariencia de bienes que los mismos bienes, y tal es sin duda la felicidad del mundo; y por esto se engañan con ella los ignorantes, como se engañan los peces y las aves con el señuelo que les ponen delante.

Porque ésta es la condición de las cosas corporales, que luego se nos ofrecen con un alegre semblante y con un rostro lisonjero y halagüeño, que nos promete alegría y contentamiento; mas después que la experiencia de las cosas nos desengaña, luego sentimos el anzuelo debajo del señuelo y vemos claramente que no era oro todo lo que relucía.

Fuente: Fray Luis de Granada O.P., Obra Selecta