No hay que desanimarse mucho si se cae en algunas faltas

Posted by: Ioseph

Sagrada Familia 01 (02)

Jesucristo:
1. Hijo, más me complace paciencia y humildad en la adversidad que mucho entusiasmo y devoción en la prosperidad. ¿Por qué te apena una pequeña cosa dicha contra ti? Aunque fuera mayor, no debería conmoverte. Pero ahora, déjala pasar. No es la primera, ni nueva, ni será la última mientras vivas. Eres muy valiente cuando nada adverso te ocurre. Aconsejas bien, y sabes alentar a otro con tus palabras pero cuando llega a tu puerta una repentina dificultad te falta criterio y esfuerzo. Mira tu gran fragilidad que experimentas en cada paso en pequeñas circunstancias. Sin embargo, redunda en tu provecho cuando suceden estas u otras cosas semejantes.

2. Apártala de tu corazón como mejor sepas y, si llegó a tocarte, no permitas que te afecte ni implique por mucho tiempo. Sufre a lo menos con paciencia si no puedes con alegría. Y si oyes algo contra tu gusto y sientes indignación, contrólate, y no permitas que salgan de tus labios palabras inconvenientes que escandalicen a los inocentes. Pronto se serenará tu excitada alteración y la amargura interna se endulzará con el retorno de la gracia. Por mi vida, dice el Señor, estoy listo a ayudarte y para consolarte más de lo acostumbrado si confías en Mí y me invocas con devoción.

3. Anímate, pues, y prepárate para soportar mayores cosas. No está todo perdido, si con frecuencia te sientes angustiado o tentado seriamente. Eres ser humano, y no Dios. Tienes naturaleza humana, no de ángel. ¿Cómo puedes permanecer siempre en un mismo estado de virtud cuando le faltó al ángel en el Cielo y a Adán en el paraíso? Yo soy quien levanto saludables a los enfermos y atraigo hacia mi Divinidad a los que reconocen sus debilidades.

Discípulo:
4. Señor, benditas sean tus palabras más dulces que la miel y el panal en mi boca (
Sal 18,11). ¿Qué haría en mis múltiples dificultades y angustias si Tú no me reconfortaras con tus santas palabras? Con tal que llegue por fin al puerto de salvación ¿Qué importancia tiene lo que haya padecido? Dame un buen fin, dame una feliz salida de este mundo. Acuérdate de mí, Dios mío, y dirígeme por el camino recto a tu Reino. Así sea.

 Fuente: Tomás de Kempis, Imitación de Cristo, Libro III, Cap. 57