Santidad Argentina (XIV)

Posted by: Corim

Santos Argentinos 01 (01)

Hermana María Crescencia Pérez. Segunda parte.
 
En la entrega anterior hemos comenzado a recorrer la vida de esta religiosa a quién la Iglesia va a beatificar este año en la Ciudad de Pergamino, en la Provincia de Buenos Aires.
 
Pero en el día de hoy vamos a hacer un paréntesis y vamos a considerar un poco lo que Dios nos quiere decir y mostrar cuando elige a personas para que sean nuestros modelos de vida, tanto en lo personal como en lo comunitario. Como sabemos nuestra amadísima patria esta pasando por momentos muy serios y difíciles, y vendrán otros peores ya que nuestra Nación está apartándose cada día mas de la Voluntad de Dios; se proyectan y se aprueban leyes contrarias al querer Divino, y se avala lo que Dios condena severamente, como el aborto, la homosexualidad, la eutanasia, el concubinato; ha llegado a ser visto como
“normal” lo que es totalmente a-normal e inmoral.
 
Es por esto que Dios en este último tiempo quiere poner de manifiesto su Amor Misericordioso suscitando personas que, por una Gracia especial, nos muestran el verdadero sentido que tiene esta vida, y no es precisamente el mero y vano placer egocéntrico, sino vivir de tal manera, ayudados por la Gracia Divina, que podamos merecer al morir, ir a la Gloria del Cielo.
Concretamente, en nuestro suelo patrio hoy podemos encontrar esas personas, como la Venerable Hermana Crescencia, de quien estamos tratando en esta serie. Podemos rescatar de su vida el hecho de querer ser como la flor de la violeta, por lo pequeña, por lo humilde; y en este siglo de la soberbia, de la arrogancia, Dios nos muestra cuán grato es a Sus ojos la virtud de la verdadera humildad.
 
Podemos también considerar la vida de la Sierva de Dios Cecilia Perrín, esposa y madre de familia, a quien Dios nos pone como ejemplo del amor maternal, ya que prefirió no interrumpir su embarazo, y sí el tratamiento que estaba llevando adelante por un cáncer avanzado; ella nos muestra la medida del verdadero amor:
“dar la vida”; es así que al poco tiempo de nacer su hijita, Cecilia fue al encuentro de Dios adornada su alma con el resplandor de la verdadera Caridad. Y en este tiempo en el que se avala y propaga la práctica del aborto (que es un asesinato y no existe ningún motivo que lo justifique), la Iglesia está estudiando elevar a los altares a esta mujer argentina que prefirió morir antes que interrumpir voluntariamente el su embarazo.
 
 Igualmente encontramos a la Madre Camila Rolón, una verdadera
“samaritana Argentina”, que fundó la Congregación de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José, y que no escatimó esfuerzos en auxiliar el dolor de sus hermanos llevando a cabo numerosas empresas de Caridad heroica. Igualmente encontramos a la Madre Benita Arias, quien al igual que la Madre Camila, no pasó de largo frente al sufrimiento de los demás, sino que lo hicieron propio y gastaron sus vidas en bien de sus hermanos, para la sola Gloria de Dios. Estas dos Fundadoras Argentinas son una respuesta de Dios al egoísmo y a la falta de Caridad concreta que hoy se vive en toda la sociedad Argentina, o por lo menos en su gran mayoría.
 
Nuestro Padre del Cielo nos da también un claro ejemplo de pureza y de verdadero amor filial en la persona de la Beata Laura Vicuña que, aunque nacida en Chile, vivió la mayor parte de su muy breve vida en nuestro país. Ella supo salir airosa y defender su virginidad frente a los asaltos y propuestas impuras de su padrastro, y da a Dios el supremo ofrecimiento de su vida para que su madre, que estaba unida en concubinato, y por ende en pecado mortal, vuelva a la gracia de la amistad Divina. Dios acepta su ofrenda y sobre el lecho de muerte su madre le jura dejar al hombre con el convive y volver a la amistad con Dios.
 
Y podemos seguir citando muchísimos ejemplos en los que Dios enfrenta la soberbia del hombre que se atreve a contradecir su Santísima Voluntad, con el testimonio de vida de estos argentinos que están en camino a los altares, y que quisieron hacer de sus vidas una
“ofrenda de suave fragancia” para sola Gloria de Dios, y el bien de sus compatriotas, y de todas las almas.
 
Citaremos a continuación algunos pasajes de las cartas de la Hermana Crescencia, que nos podrán ayudar a meditar sobre lo que hemos expuesto:
“¿Qué es esto comparado con la Eternidad? Al fin la vida pasa pronto y bien poco es lo que sufrimos para ganar el Cielo”.
“...no dejen de pedir en sus oraciones por mí para que sepa aprovechar el tiempo en santificarme.”
“...mientras estamos aquí, necesariamente tenemos que sufrir y luchar, por eso es necesario que levantemos nuestras miradas al Cielo e implorar la fuerza necesaria para llegar al término feliz... a nuestra verdadera patria ¡el Cielo! Para encontrarnos allí y no separarnos jamás”
 
Luego de estas consideraciones seguiremos recorriendo la vida de la Hermana Crescencia, el próximo día 22 de este mes de abril.